Evita el bloqueo mental en un examen: 5 técnicas para mejorar tu concentración
El estudio puede resultar abrumador, especialmente cuando los estudiantes enfrentan lo que se conoce como bloqueo mental.
Escrito por Catalina Hurtado Ladino
A veces, sentarse frente a los apuntes, sabiendo que hay mucha información por aprender, pero sin poder concentrarse, es una experiencia que muchos conocen bien, especialmente en épocas de exámenes. Esta situación suele generar frustración y dudas, llevando a los estudiantes a cuestionarse: ¿por qué no soy capaz de estudiar? Si alguna vez has vivido esta sensación, es importante saber que no estás solo.
Afortunadamente, existen varias estrategias que pueden ayudarte a superar esos momentos de bloqueo y mejorar tu capacidad de concentración. En este artículo, te daremos algunos consejos útiles para que puedas abordar el estudio de manera más efectiva.
Factores que contribuyen al bloqueo académico
Hay varios factores que contribuyen al bloqueo académico. Uno de los más grandes es el estrés acumulado por estar bajo presión para dar lo mejor de uno mismo en un corto período de tiempo. Esto no solo perjudica nuestra salud mental, sino que también interfiere con nuestra concentración y hace que estudiar sea aún más difícil.
A veces, el bloqueo académico significa que el cuerpo o la mente necesitan un descanso o un nuevo enfoque para estudiar. La clave es reconocer estos factores y saber cómo abordarlos eficazmente.
Técnicas para no quedarse en blanco en los exámenes
Sin embargo, otras veces uno puede caer víctima de una falta de concentración no relacionada con las habilidades que nuestros cuerpos o psiquis requieren. Por lo tanto, es importante entender estos factores y la mejor manera de combatirlos.
Técnicas para evitar quedarse en blanco durante los exámenes
Durante los exámenes, la ansiedad es un síntoma común, pero existen técnicas psicológicas efectivas para reducir los efectos negativos de estas emociones y permitir que tu concentración, propósito y calma continúen más fácilmente. Aquí hay tres técnicas de relajación que pueden ser especialmente útiles antes o durante los exámenes.
Respiración Diafragmática
La respiración diafragmática es una técnica simple pero poderosa que utiliza tu diafragma para respirar profundamente. Este tipo de respiración calma la ansiedad al ralentizar el ritmo cardíaco, lo cual puede ser realmente importante en situaciones estresantes, como los exámenes.
Cómo Funciona:
● Siéntate o acuéstate en una posición cómoda.
● Coloca tus manos, una en el pecho y la otra en el abdomen.
● Haz respiraciones profundas por la nariz, de modo que en tus pulsaciones solo el aire esté subiendo. (En todo momento, la mano sobre el pecho permanece casi inmóvil, pero la inferior se moverá hacia arriba y bajará del cuerpo.)
● Exhala lentamente por la boca.
● Vacía completamente tus pulmones.
● Hazlo de manera continua durante 3-5 minutos, concentrándote solo en tu respiración.
Visualización Positiva
Este simple ejercicio ayuda a condicionar tu mente para enfrentar la vida con confianza y sin temor. Visualizarte a ti mismo manejando con éxito momentos desafiantes también provocará una sensación de control y relajación.
Cómo practicarlo:
● Cierra los ojos y siéntate en una posición cómoda.
● Imagina una situación de examen que sea tranquila y segura.
● Te ves a ti mismo hablando muy claramente y con rapidez, a pesar de los nervios internos.
● Imagina la alegría y la tranquilidad que vendrán después de que superes un examen.
Planifica tu período de estudio
Si te sientes despreparado para un examen, esto puede llevar a un aumento del estrés y al riesgo de quedarse mentalmente en blanco. Para evitar que esto suceda, debes planear tu período de estudio cuidadosamente con anticipación.
Cómo organizar tu tiempo:
● Haz un horario detallado y adhiérete a él.
● Divide las materias en secciones, asignando un tiempo específico para cada período.
● Usa la técnica Pomodoro, es decir, trabaja durante 25 minutos y luego date un descanso de 5 minutos. Hacer esto te ayudará a mantenerte enfocado cuando estudies y te recordará que hay una recompensa al final: ¡una perspectiva como ninguna otra podría surgir de mantener el rumbo!
● Comienza con las materias o los temas más difíciles al inicio de tu sesión de estudio, mientras estés fresco y despejado.
Evita el aprendizaje de último minuto
El conocido hábito de “estudiar a último minuto” solo hace que aumente el estrés y el bloqueo mental. Cuando uno intenta empacar todo el material en solo unas horas, sobrecarga la mente y hace que sea difícil retener la memoria o concentrarse.
¿Cómo puedes evitar esto?
● Si sientes que has alcanzado tu límite de concentración, intenta dejar de estudiar y volver a ello más tarde con una mente más fresca. Esto se conoce como la “curva de aprendizaje inversa”.
● Las revisiones periódicas ayudan a evitar la inevitable sesión de estudio de último minuto y aseguran que hayas aprendido verdaderamente el material lo suficiente para aplicaciones críticas.
Cree en ti mismo
El miedo al fracaso puede ser un bloqueador interno terrible. Pero lo que te ayudará a superar este temor es la fe en nuestras propias preparaciones. No olvides que el trabajo que has puesto en estudiar y prepararte es tu herramienta efectiva para el éxito; tienes el conocimiento necesario, ahora todo lo que necesitas es creer en ti mismo.
¿Qué necesitas hacer?
● Cada vez que sientas miedo o falta de certeza, recuérdate a ti mismo que has estudiado y que estás preparado.
● Dite a ti mismo que el examen no es una medida de inteligencia, sino una prueba de qué hemos aprendido realmente.
● Confía en ti mismo y pon a prueba tus propias capacidades
Es normal tener tales emociones en un período de relativa incertidumbre, pero en esta etapa crítica justo antes de que lleguen los exámenes, pueden ser especialmente limitantes. Uno de los medios más importantes para mantener la motivación y superar los bloqueos mentales es reconocer y apreciar cada pequeña victoria en el camino de los estudios.
Estos incrementos en el éxito no solo mejoran tus logros académicos. También fortalecen tu actitud mental, permitiéndote abordar futuros desafíos con más confianza. Cada vez que alcanzas un objetivo o resuelves un problema que parecía difícil antes, tómate un segundo para reconocer lo que hiciste.
Un pequeño descanso, un pequeño capricho, incluso una palmadita en la espalda de ti mismo: reconocer estas pequeñas medidas de éxito mejora tu autoconfianza y te da el incentivo necesario para seguir adelante.